La maleta llena de ilusiones que iban a parar a las caricias de las olas del mar. Estás inmersa en la sal de tus recuerdos, inmersa en el finito horizonte que te sostiene. Siente el retumbar de cada paso que te suspira el céfiro de tus querencias.
Amor, amor mío que te vas, como un barco sin luces, hacia el ancho mar. ¿A qué puerto de lluvia y dolor arribarás?
¿adónde irás pasajera de las olas? ¿qué equipaje lejano querrás perder? La espuma será tu traje de gala y tu mortaja, tenue como tu piel. No temes, miras fijo tu destino, como una enamorada que ya no puede escapar del embrujo de su amante.
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