Pietro Igarza & Irys Alcázar
Tras el haz de su mirada
el galope suave,
las caricias de las olas...
La luna le arropa el talle,
la oscura nada anidó en sus cabellos.
Níveo manto la envuelve...
camina tras el ocaso silente,
surcando el cielo, hielo en la mirada.
Nada la detiene
¿Qué será de la dama
cuando en hielo ama el cielo de su mirada?
¿qué será del paso del ocaso
entre el vaso de los silencios?
Dulce sinfonía la acompaña.
El mar entona su balada, que alada llega entre espumas y brumas de aguas pasadas, que abrasadas entre soles buscan cielos que calmen y acallen sus temores
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