I
Aroma a caricias tibias de viento,
paseos semiabrigados
Extensas caminatas
hacia donde los pies te guíen sin rumbo alguno,
el crujir de mis pasos marcan la marcha,
extienden el tiempo de la arboleda.
Resuenas con las caricias
de pasos fugaces
donde el cielo anida
gotas de rocío frescas
en pretérito verdor...
Crujen las hojas,
música del caminante,
sendero que se rompe.
tierra abonada,
seremos riqueza.
Ocre inundando pupilas
doradas hojas crujiendo
placer en mi paso lento
y la brisa que acaricia.
Cuan oscuro rojo se insinúa,
entre el sollozo del viento,
declive melancolía
que suspira sus miserias.
II
Escondidos en la maleza afinamos nuestros sentidos cerrando así un semicírculo que pretendía dormir en el olvido. Marrón serán tus manos y ocre este corazón compartido.
Hojas de frágil bronce
rugen bajo mis pies
interpretando improvisados acordes
de nostalgia soledad y frío.
El tiempo pasa
mis pasos avanzan
y ya no estás conmigo.
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